El desamor en tres canciones
Dicen que cuando estás contento, te fijas en la música de la canción, y que por el contrario cuando estás triste te fijas en la letra. Y dentro de la penumbra y desazón que nos causa una ruptura amorosa, hay una ecuación que no falla:
Ruptura (multiplicado por) Canción de desamor = Bajona (dividido entre) “x”.
Siendo la “x”de esta ecuación una variable que depende, de manera directamente proporcional, primero de la calidad de la canción, y segundo del contenido de la misma.
Y es que esta variable “x” nos ayudará a afrontar la situación, aunque sea de manera transitoria, de un modo u otro.
La calidad obviamente influye de manera directa. Porque puestos a juzgar, la intensidad interpretativa de Chavela Vargas no es comparable al tono pitufil de Camela.
Pero lo que hoy me interesa es el segundo factor de la variable, el contenido de la canción, su letra. Y profundizando un poco más, la ACTITUD, palabra muy de moda hoy en día en todo lo relativo a la hora de juzgar a un músico.
Perder a esa persona que durante un tiempo ha sido tan importante en tu vida, no es en la mayoría de los casos fácil de digerir. Y menos si ha sido a ti a quien han dejado. Pero lo más importante no es la ruptura en sí, si no como te lo tomes. Tu actitud vital ante la misma. Y sobre esa variedad de posibilidades, podemos acudir a la música, para que nos refuerce en nuestros sentimientos, o bien para que nos de un empujoncito de moral.
Aquí os dejo lo que son para mí las tres respuestas más frecuentes ante el desamor, de un modo musical obviamente.
EL HUNDIMIENTO
Y no me refiero a la película, aunque a veces la persona que nos deja se comporte con la misma sensibilidad que un oficial de la SS. Me refiero a esa actitud victimista, en la que el despechado o despechada se abraza a la derrota y la hace su más fiel compañera.
Es la reacción más cómoda, pero precisamente por eso hay que descartarla.
Si hay una canción que refleja de manera digna esta actitud, es La copa rota, de Los Rodríguez. Quién de vosotros amigos no se ha visto como ese bohemio destrozado, capaz de autolesionarse y entregarse al alcohol. A veces apetece…pero no os lo aconsejo.
LA RABIA
Ya vamos por mejor camino. Qué es eso de quedarse hecho una mierda destrozado, por favor.
Hay que empezar a ser consciente de que esa persona quizás no molaba tanto, ni era tan atractiva. Más bien era lo peor que te ha podido pasar en tu vida. Y mientras más lejos mejor.
Y si además acaba colgada de un pino (metafóricamente hablando, no se os olvide) y reconocemos que es lo más parecido a Satán, pues es que lo vamos comprendiendo.
Por todo ello os recomiendo Pesadilla en el parque de atracciones, de Los planetas.
LA SUPERACION
Ahora lo hemos conseguido. Hemos llegado a la meta, lo hemos superado. Es ahora cuando te das cuenta de que quién realmente mola eres tú, y del lastre inmenso del que te has librado.
Así que si alguna vez os puede la melancolía por aquella persona que os trató como una colilla, os aconsejo que escuchéis Déjame de Los secretos, porque da mucho gustito superarlo y recordarle a ese ingrato ser que perdió una gran oportunidad.
KIKE